miércoles, 21 de noviembre de 2012

El mundo es un pañuelo


Será porque el mundo se nos hace más pequeño que nunca, o será porque necesitamos renovar nuestros conocimientos de geografía, pero se ha vuelto a poner de moda tener el cásico globo terráqueo en la oficina o en la biblioteca de casa.
Una v
uelta a los tiempos del colegio, cuando buscábamos recorriéndolo con el dedo los países más recónditos por los que soñábamos viajar. Me recuerda los juegos con mi hermana cuando éramos pequeñas, nos poníamos a prueba acertando el nombre del país que quedaba bajo nuestro dedo después de darlo vueltas, y las lecciones de mi abuelo, empeñado en que aprendiésemos el recorrido de los viajes de Marco Polo, de Cristobal Colón...
Dejando a un lado mis vivencias, debo reconocer el toque de elegancia que da un Globo terráqueo a cualquier despacho y, sobre todo, lo útil que es como herramienta para el aprendizaje. Se lo recomiendo a mis clientes para regalar e incluso para tener en casa.

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